A prinicipios de septiembre de este año de grave crisis económica, me encontré con una noticia agradable. En Écija iba a desaparecer el último de los semáforos de la ciudad que habían sido sustituidos por rotondas. Una rotonda es "una construcción vial diseñada para facilitar los cruces de caminos y reducir el peligro de accidentes"... "La rotonda obliga a controlar la velocidad de los vehículos que la atraviesen, ya que el radio de la misma les obliga a no superar cierta velocidad (para no volcar), y en determinados casos ofrece cierta fluidez al evitar la necesidad de semáforos". Pongo la definición porque, al parecer, en Sevilla, los encargados de Tráfico no lo conocen. El ejemplo más sangrante es el siguiente:
Esta rotonda se encuentra en el cruce entre la avenida de Hytasa (antigua Héroes de Toledo), la avenida de Ramón y Cajal y la Ronda del Tamarguillo. Los puntos rojos, son los semáforos. Exactamente 23 semáforos. Cada semáforo cuesta unos 1000 euros y consume entre 204 w/h y 1680 w/h al día (dependiendo de si son LEDs o los antiguos incandescentes respectivamente). Esto es lo que sucede cuando una ciudad se dirije desde un despacho sin consultar a las personas que viven en ella.